Rendido a tus pies

Mis ojos se cerraron completamente,

y fue ante tu presencia resplandeciente,

andaba muy cegado por el mundo,

mi mundo.

Llegué al pùnto de la monotonía,

mi vida tan ruidosa, pero vacía,

andaba yo buscando un respuesta,

a mi existencia.

Y te encontré, ¿ o me encontraste?,

caí rendido a tus pies,

No te busqué,

pero me hallaste,

caí rendido a tus pies,

ante tus pies.

Este poema fue inspirado en la experiencia de Saulo de Tarso.

Amigo

Te dedico este verso,

aunque esté incompleto,

porque faltan palabras,

que expliquen esto.

Tu dulce sonrisa,

con eso sueño,

tu tierno corazón,

me cala dentro.

Como explicarte lo que siento,

Tu dulce confianza,

es lo que quiero,

estar a tu lado eso deseo.

Tu cariño incondicional,

sí, lo anhelo,

dentro muy dentro,

de mi corazón ciego.

Esta va para el único amigo fiel que encontré en mi vida, se llama Jesús y te invito a conocerlo.

Siento su voz

Siento su voz, sé que me habla,

quien puede entender esto?

acaso es necesario verlo?

Sólo mi alma sedienta,

sabe que está aquí dentro,

El me alimenta,

acaso es necesario verlo?

Y tú no lo oyes,

quien te alimenta?

Búscalo, también te llama!!

Si lo escuchas,

verás tu alma despertar,

Verás tu espíritu volar,

con libertad vivirás

Acaso es necesario verlo?,

me pregunto, y si es tan evidente su presencia

Porque no te acercas,

y le pides alimento,

Siente su voz, ¡ está aquí lo siento!

Este poema está dedicado a la fuerza espiritual que esta dentro tuyo.